-¿Le has dejado suficientemente en paz? ¿No subes a verle demasiado? ¿No hablas demasiado a menudo de temas serios de los que él todavía no sabe hablar? ¿Es posible que él no te encuentre nada simpática? ¿Habrá sido todo el asunto pura imaginación? Pero entonces, ¿por qué te ha contado tantas cosas sobre sí mismo? ¿Se habrá arrepentido de haberlo hecho?»
"Oh, Ana, ¿por qué me has abandonado? ¡Ayúdame, oh, ayúdame a salir de este infierno!"
domingo, 31 de enero de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario